sábado, 8 de agosto de 2009

Los días lluviosos.




Me acordé del día en que dejé tu sombra encerrada en alguna habitación.

Moría por liberarla y seguir jugando ala idiota empedernida. Pero los buenos tiempos pudieron más que la lluvia, y sentía tus gritos de desesperación confundirse con mis risas fingidas.

Me apoyé en la puerta y lentamente resbalaba hasta terminar sentada a 10 centímetros de tu recuerdo. Logré controlar los temblores de debilidad que espontáneamente
aparecían y poco a poco me alejaba de aquella habitación. Mis labios murmuraban canciones utilizadas como conjuros para distraerme y dejarte en el olvido, cerré los ojos esperando tranquilidad.

Caminé pacientemente; a pesar que todos mis sentidos estaban orientados a no percatarse de tu existencia, lograba escuchar tus gritos, tus llantos, tus risas, tus ruidos. En los últimos metros de mi escapatoria, cometí el error de mirar hacia atrás, abrí los ojos, dejé a un lado las canciones y recordé cuanto amo los días lluviosos.

Corrí, tropezando con viejos fantasmas, luchando contra el dolor, esquivando lágrimas. Llegué a la puerta, entré y te encontré sentado con las piernas cruzadas y con una sonrisa de satisfacción dibujada en el rostro. La puerta se cerró atrás de mí y comprendí que había vuelto a ser la mismo de siempre.

Caminé hacia ti, y me limité a darte un beso en la mejilla y sentarme a tus pies, volviendo a ser parte de tus cuantiosas historias sin final.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ariiii =) waaaa sigue asiii escribes muy bn =) !!

javier dijo...

ptm ari ! que cheere que escribes.

"En los últimos metros de mi escapatoria, cometí el error de mirar hacia atrás, abrí los ojos, dejé a un lado las canciones y recordé cuanto amo los días lluviosos."

:D

Tabatha dijo...

Que bien escribes ari , sigue asi :)

[z.t.v.a3]* dijo...

Escuchando canciones un tanto extrañas para mí, me remonto a un tiempo en el que ni tú ni yo sabíamos quiénes éramos, ni tú ni yo sabíamos que queríamos.
Pero ahora que las cosas están un tanto despejadas, ¿no piensas que hemos logrado crecer en un rumbo (tal vez no igual, pero parecido) en el cual siento que tu vida es parte de la mía y viceversa? no lo sé, yo lo veo de esa forma. Quisiera poder expresar claramente los sentimientos que en estos momentos siento por tí, pero la verdad es que me conoces y sabes que mis ojos hablan mejor que mis palabras.
No pienses que yo no hubiera querido lograr aquellos sueños que nos propusimos a tan corta edad, siempre recordaré la forma en cómo mi primer beso contigo se volvió en el momento más mágico que no he vuelto a experimentar en mi vida. Ja, ¿qué irónico verdad? acaban de venir a mi mente dichos recuerdos… dicha sala, dicha oscuridad, dicha prohibición por parte de la sociedad… la adrenalina que sentíamos al caminar de la mano por las calles. Recuerdo todo, como si hubiera pasado hace algunos instantes, y se que a tí te pasa lo mismo. Sé que debes estar con una sonrisa de medio lado en este instante, ¡y no es para menos! solo tú y yo sabemos lo que nuestros corazones sintieron al latir juntos, al estar juntos. Pero en fin, esa es una historia que hay que dejar atrás.

Ariana Ruíz. dijo...

Así lo decidiste tú. Pero ahora estoy más segura que nunca, ahora es la primera vez en la que no diferimos como siempre, ahora pienso lo mismo que tú. :)

Paulus Van Moratem dijo...

Ummm los días lluviosos son mis preferidos. Me encanta como narraste esta historia, me encanta el final. Muy bueno leerte. Tiene momentos geniales. Saludos!